Merecido kit kat de mediodía.

Después de casi un mes y medio de corre que te corre todo el día, de pasar semanas y fines de semana apagando fuegos (como yo digo), ayer al mediodía por fin pudimos darnos un pequeño respiro de pareja.

Llevábamos varios intentos fallidos de cena/copa/cine/comida...., o cualquier cosa en la que pudiéramos estar solos por lo menos un ratito. Pero parecía que los hados no nos eran favorables. Por motivos variados siempre posponíamos nuestra cita. Y lo cierto es que esta mañana temprano todo apuntaba a que íbamos a tener una anulación más de nuestra comida al mediodía. Después de una noche movidita con idas y venidas de una habitación a otra, y cuando ya salía de casa hacía el trabajo duchada y encoloniada, me cayeron un par "gomitazos" que dieron el pistoletazo de salida a una mañana intensa....

Y aunque hacia el mediodía solo tenía ganas de tumbarme en algún lado y olvidarme del mundo, decidí que, después de un mes en el que Alex y yo solo nos hablábamos para darnos el cambio de turno (como se dice en enfermería) , necesitaba un par de horas, solo un par de horas, aunque fuera medio dormida con el. Y el esfuerzo sin duda ha merecido la pena, sobre todo la elección del sitio...

Un martes de octubre, con un sol de justicia, no hay mejor lugar en Cádiz para relajarse que Puerto Sherry. Ya os hablé (aquí) del plan perfecto con niños en la Blanca Paloma, pizzería mitica de la zona. Pero aprovechando que los gordos estaban en el cole nos fuimos a otro que tenía ganas desde que en verano lo reinaguraron para comidas además de copas: 470 Gin Bar. Un punto (o 20) más sofisticado y sobretodo, complicado para repetir con niños. Es curioso, porque están uno al lado de otro compartiendo terraza, pero a veces el tipo de silla, el tipo de montadito o como va vestido el camarero deciden si los niños pegan o no.

Y si un día más desnudo mi alma y os lo cuento es porque me ha encantado, y yo apasionada de la vida, casi me obliga a gritarlo a los 4 vientos. La carta en general es exquisita, y las tres cosas que pedimos estaban de muerte. También es cierto que en un entorno así y con buena compañia, con una bolsa de pipas sería suficiente.

Estas son las cañitas previas en la terracita de la Blanca Paloma.

Estos rollitos tan bonitos son un flamenquin de los más sofisticado con lascas de parmesano y una cama de guacamole. Exquisito!

Y esto otro, aunque tampoco lo parezca es una pizza de presa y rúcula. De muerte!

No hice foto, pero hay un aperitivo que es como un "montadito de anchoa chic" (no recuerdo el nombre), que estaba de lagrimón. Y lo cierto es que me he quedado con ganas de probar toda la carta.

El mejor de los postres y el perfecto digestivo. Deberían inventar ginebra con cafeina!

Me hubiera echado la siesta de mi vida en este maravilloso Chester de plástico, de no ser porque teníamos que "activarnos" para ir a recoger a los niños al cole.

Viva Puerto Sherry y vivan los KIT- KAT de mediodía!

Por supuesto, las fotos son de móvil y bastante reguleras. Pero es que hoy NADA estaba pensado. Ni siquiera cuando estaba haciendo las fotos, pensaba escribiros después. Pero he llegado tan contenta (y cansada) a casa que tenía que contarlo por aquí y agotarme un poquito más. Gajes de las que estamos piradas y tenemos un blog!

Y ahora, si me permitís, me voy a desmayar a la cama... Mañana más!