Ajedrez beach club

Prometí que volvería a este chiringuito y así lo hicimos hace unas semanas. 

Os hablé del Ajedrez Beach Club  (aquí), cuando fuimos a Costa Ballena a enseñar a Alejandro a montar en bici sin ruedines, y la verdad es que me quedé enamorada de ese sitio.

Para mi el paraíso es algo parecido a esto, una mañana estupenda de playa y luego un poco de "ñampa zampa" de calidad y en un sitio bonito. De verdad que no pido mucho más...

Ya os había comentado que las mareas de estas playas son tremendas. Puedes ir un día y tener un playón o volverte por donde has venido porque no tienes ni sitio para la toalla. Literalmente se queda sin nada de arena, solo rocas.....

Por eso en la entradita tienen unas tumbonas para que cuando esto ocurre los clientes puedan seguir tomando el sol. Alejandro, se apropió de una para hacer la digestión y sin reserva....

Aquí se ve mejor, justo debajo de esas escaleras por la mañana había playa y al mediodía solo se podrían usar esas escaleras para salir a nado...

..

Si os diré, con la sinceridad que me caracteriza, que me pareció un pelín caro. Quizás estamos mal acostumbrados a los precios del sur.... O quizás nos emocionamos con lo bien que sonaba todo y pedimos mal.... Pero, precios a parte, estaba todo exquisito.

Unos rollitos con un sabor de lo más exótico y las clásicas croquetas para complacer a una de la comensales adicta a ellas, jijijiji....

Por un buen tataki de atún puedo hacer locuras. Si queréis hacerlo en casa os remito a este post.

Las rabas, o choco frito como se llama aquí normales, pero el tartar estaba de lagrimón.

Aunque sin duda lo mejor de este día fue la compañía.... Un placer de reencuentro!

Bañadores niños: Patricia Mendiluce comprados en Little Candela